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Aíre Contaminado. |
¿Cuán "puro" es el aire que respiras?
Una de las cosas a la que menos atención damos durante el quehacer cotidiano es al aire, y sin embargo solo para sobrevivir cada uno necesita respirar unos 3.000 galones de aire diariamente. La calidad del aire que respiramos afecta la calidad de vida de todos.
¿Se puede respirar?
© Tim Wright/CORBIS
Los contaminantes en el aire reducen la calidad de vida: dañan la salud, provocan problemas respiratorios como el asma, afectan también animales y plantas que son parte de nuestro ecosistema y algunos pueden corroer estructuras, edificios y ¡monumentos!
El respirar un aire razonablemente puro reduce los síntomas y enfermedades que causan los contaminantes por lo que se crearon leyes que ayudan a regular los contaminantes que la actividad humana vuelca en el medio ambiente y se aplican bajo el control de la EPA o Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (Environmental Protection Agency).
Desde su formación en diciembre de 1970 la EPA estudia, propone y hace cumplir leyes que regulan las actividades que impactan el medio ambiente. Para la protección del aire está la Ley del Aire Limpio de 2004 (Clear Air Act of 2004 –CAA). La CAA autoriza a limitar la emisión de agentes contaminantes provenientes de plantas químicas o industriales, empresas de generación de energía así como siderúrgicas y otras plantas de procesamiento de materias primas.
Bajo los lineamientos de EPA hay seis contaminantes del aire sobre los que hay controles aplicados estrictamente debido a los efectos que ocasionan en la salud y por su presencia eminente en el medio ambiente actual. Estos son: Ozono a nivel de la superficie (O3), Materia en partículas (PM, particulate matter), Dióxido de Nitrógeno (NO2), Monóxido de Carbono (CO), Dióxido de Sulfuro (SO2) y el plomo (Pb).
La contaminación ataca al corazón y las arterias, además de los pulmones
Washington, 13 ago (EFE).- La contaminación del aire no sólo provoca problemas respiratorios sino que también ataca al sistema circulatorio y al corazón, revela un estudio divulgado hoy por la revista Journal of the American College of Cardiology.
Según la publicación, los deportistas que están participando en los Juegos Olímpicos de Pekín no sólo deberían estar preocupados por los efectos tóxicos del aire en sus pulmones, sino también en su corazón y en su sistema cardiovascular.
La contaminación origina problemas de corto y largo plazo, daña el corazón y los vasos capilares, aumenta las hospitalizaciones por problemas cardíacos y hasta puede causar la muerte, señala el estudio realizado por facultativos de la Escuela Keck de Medicina de la Universidad del Sur de California.
"Pensábamos que la polución del aire era un problema que sólo perjudicaba a los pulmones. Ahora sabemos que también es mala para el corazón", manifiesta Robert Kloner, director de investigaciones del Instituto de Cardiología del Hospital del Buen Samaritano.
El estudio asegura que al ser inhalados, los contaminantes provocan una reacción en la que las moléculas superoxidantes dañan las células, causan inflamación pulmonar así como una cadena de efectos nocivos en el corazón y las arterias y vasos capilares.
Añade que esos contaminantes, especialmente los provenientes del escape de vehículos a motor, entran al torrente sanguíneo y lesionan directamente al corazón y el sistema circulatorio.
Eso se refleja de inmediato en una reducción del flujo coronario así como la función del corazón con una tendencia consiguiente a las arritmias.
"No tiene que haber una catástrofe ambiental para que la contaminación aérea cause lesiones. Se trata de pequeños aumentos. La contaminación puede ser peligrosa a niveles que están dentro de las normas aceptadas de calidad del aire", manifiesta Boris Simkhovich, del Instituto de Cardiología.
Los autores del estudio también indican que en zonas de alta densidad demográfica y contaminación aérea es mayor la incidencia de hospitalizaciones por problemas cardíacos, dolores torácicos y hasta muerte por arritmias y otros problemas del corazón.
Las personas de edad avanzada, los enfermos del corazón y los diabéticos son especialmente vulnerables a los efectos cardiovasculares de la contaminación.
Los pacientes cardíacos y quienes sufren de diabetes (enfermedad que daña los vasos capilares) no deben realizar ejercicios al aire libre en los días de mayor contaminación y eludir en la medida posible cualquier fuente de humo, señalan los científicos. EFE
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